Felipe II, el Prudente, nació en Valladolid el 21 de mayo de 1527, hijo del
emperador Carlos V y de Isabel de Portugal.
Asumió el trono español tras la abdicación de Carlos I
en 1556 y hasta 1598 gobernó el vastísimo imperio integrado por Castilla,
Aragón, Cataluña, Navarra, Valencia, el Rosellón, el Franco-Condado, los Países
Bajos, Sicilia, Cerdeña, Milán, Nápoles, Orán, Túnez, Portugal y su imperio
afroasiático, toda la América descubierta y Filipinas.
Felipe II modernizó y reforzó la administración de la
Monarquía Hispana, apartándola de las tradiciones medievales y de las
aspiraciones de dominio universal que había representado la Monarquía Católica
de su padre.
Al morir le sucedió Felipe III, hijo de su cuarto
matrimonio (con Ana de Austria); el primer heredero varón que tuvo (el incapaz
príncipe Carlos, hijo de su primer matrimonio con María Manuela de Portugal)
había muerto muy joven encerrado en el Alcázar de Madrid y, según la «leyenda negra»
que alentaban los enemigos de Felipe II, por instigación de su padre.