Los indígenas que vivían en aquella ciudad
tuvieron números enfrentamientos bélicos con cada uno de los extranjeros que
llegaban en busca de oro para extraerlo, fundirlo y hacerse ricos. Toda esta
riqueza ahora mismo está bajo tierra en las tumbas de los antecesores de los
indígenas, una civilización llamada coclé
de la cual podemos tener una pequeña idea de sus costumbres por escritos que
dejaron los conquistadores españoles.
Además de aproximadamente 500 piezas de oro
también han descubierto cómo realizaban los ritos funerarios. Utilizaban fosas
comunes donde los extendían boca bajo y solamente al ser importante se le hacía
un proceso de deshidratación; también nos han hecho saber que desarrollaban
sacrificios múltiples. Estos sacrificados eran enterrados con los jefes;
algunos sacrificados se piensa que eran voluntarios y otros simplemente
obligados. Para la muerte de estos se utilizaba el veneno que contiene el pez
globo. La otra pregunta que nos plantean los arqueólogos es que la utilización
de ese veneno, en vez de otro más rápido, podría ser porque los envenenados
eran enterrados vivos junto al jefe muerto.
La excavación seguirá con su trabajo, porque
aunque llevan desde el 2008, cada año solo pueden trabajar durante 4 meses en
la propia ciudad, ya que los demás meses las lluvias les inunda la excavación.
Es un largo proceso que acabará cuando consigan descubrir todos los secretos
que guarda la ciudad dorada.
Alba Martín