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martes, 21 de abril de 2015

Peligro de extinción: Plátanos.




Los plátanos son la fruta más antigua que se conoce y una de las primeras que fue domesticada por el hombre en el neolítico, unos 10.000 años atrás. Además, estos tienen más de 500 variedades diseminadas por todo el mundo, aunque Latinoamérica es el continente que más especies posee y simultáneamente, es el mayor productor mundial de esta materia prima, cuyo consumo rozó el pasado año las 17 millones de toneladas, una cifra en continuo aumento. No obstante, disfruten bien de los plátanos que tengan en casa o en sus supermercados, porque pueden ser los últimos que prueben en toda su vida.


En primer lugar, su comercialización comenzó a finales del siglo XIX, con una variedad denominada Gros Michael, la cual, en un primer momento era cara y extraña, pero que poco a poco se fue integrando en la lista de la compra de las familias de clase media. No obstante, esta fruta sabrosa y resistente desapareció muy prematuramente en los sesenta a causa de un terrible hongo denominado “el mal de panamá”, o Fusarium Oxysprum según su nombre científico. En menos de una década, este hongo había acabado con la especie y con el comercio del plátano, ya que la “Gros Michael” representaba más del 50% de la producción mundial bananera. Todo apuntaba a que la industria del plátano se había acabado definitivamente, pero, como de la nada, apareció una nueva especie resistente a la cepa del “mal de panamá” y con unas características similares a la Gros Michael, la llamada Cavendish. Esta es actualmente la variedad que copa la producción mundial del plátano, ya que representa el 90% del mercado bananero, pero el terrible hongo que acabó con la Gros Michael volvió a atacar a la Cavendish en 1980 con una mutación denominada TR4, aunque se consiguió frenar la expansión de esta nueva cepa con fumigaciones mensuales. No obstante, el hongo TR4 se ha vuelto resistente a los fungicidas más modernos, y todo esto unido a que los Cavendish no varían su código genético al reproducirse, hace que los hongos, que están en continua evolución, resulten casi imposibles de parar.


Sin embargo, no debemos alarmarnos, porque hay muchas soluciones para el problema, aunque si piensan que los plátanos que comen ahora serán los mismos que comerán en un futuro, asuman que no va a ser exactamente así. En primer lugar, si la raza Cavendish no desapareciese totalmente, la industria bananera podría utilizar otras variedades como la Goldfinger panameña para suplir el defecto de plátanos. No obstante, también se están utilizando ciertas proteínas presentes en la piel del sapo o el bombardeo con rayos gamma para acabar con la plaga, aunque sin muchos resultados de momento. De desaparecer totalmente, ya que es más que probable que la plaga llegue pronto a Latinoamérica, el mercado tendría que recurrir a plátanos menos apetecibles debido a su acidez y a la presencia de semillas negras en su interior.


Como conclusión, los plátanos no van a desaparecer del mundo, pero si no conseguimos detener la cepa de TR4, este producto se encarecerá mucho, hasta el punto de ser inalcanzable para los bolsillos de la gente, la cual tendrá que recurrir a otras especies menos apetitosas que la actual.


Mario de la Fuente.