
La película enseguida toma un carácter afable
y sencillo, por lo que al espectador se le hace sumamente fácil simpatizar con
ambos protagonistas, Ruth y Alex, interpretados de manera excelente
por Diane Keaton y Morgan Freeman. En mi opinión, este es el único gran fallo a destacar del largometraje, que,
al intentar mantener ese ya mencionado carácter cercano y amigable, decae
inevitablemente alrededor de la mitad de la película.
En el apartado de los personajes, aparte de
nuestros protagonistas tenemos a la sobrina de ambos, que es la agente
inmobiliaria que les ayuda a vender el piso. En mi opinión, el personaje cumple
su propósito, que es hacer patente la enorme brecha generacional que existe
entre ella y sus tíos, pero sin llegar a ser destacable.
Con
una dirección y fotografía muy destacables, el film ´´se hace querer´´ por el
público, y trata temas muy universales,
lo que la hace apta para todos los públicos.
José Luis Calvo