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viernes, 17 de abril de 2015

Una medusa inmortal.

    La Turritopsis nutricula ha logrado modificar sus células para devolverlas a la forma que tenían en etapas anteriores de su vida mediante un proceso denominado transdiferenciación.

 Esta pequeña medusa de apenas 5 mm de diámetro es originaria del Caribe, pero se ha extendido por todo el mundo. A simple vista, puede parecernos una medusa cualquiera, pero solo ella es capaz de rejuvenecer tras el estado adulto y repetir su ciclo vital un número de veces potencialmente infinito.

 Puede que estés pensando que, si lo hacen unas medusas...¿por qué no los humanos? En este caso debes saber que la transdiferenciación se logra gracias a unas células especiales que estas medusas tienen en su superficie y en sus vías circulatorias; además, cuando rejuvenecen vuelven al estado de pólipos que tampoco tiene mucho que ver con nuestra infancia.

Esther Ruiz Llamas