La Turritopsis nutricula ha logrado modificar sus células
para devolverlas a la forma que tenían en etapas anteriores de su vida mediante
un proceso denominado transdiferenciación.

Esta pequeña medusa de apenas
5 mm de diámetro es originaria
del Caribe, pero se ha extendido por todo el mundo. A simple vista, puede
parecernos una medusa cualquiera, pero solo ella es capaz de rejuvenecer tras
el estado adulto y repetir su ciclo vital un número de veces potencialmente
infinito.
Puede que estés pensando que, si lo hacen unas
medusas...¿por qué no los humanos? En este caso debes saber que la
transdiferenciación se logra gracias a unas células especiales que estas
medusas tienen en su superficie y en sus vías circulatorias; además, cuando
rejuvenecen vuelven al estado de pólipos que tampoco tiene mucho que ver con
nuestra infancia.
Esther Ruiz Llamas