
Muchos animales utilizan el camuflaje visual para esconderse de los
depredadores; sin embargo, son menos los practicantes del camuflaje olfativo,
el auditivo, el táctil y el químico. De acuerdo, serán menos, pero no por ello
debemos olvidarnos de ellos, ¿quién no ha oído hablar de cómo cambia de color
el camaleón?, pero ¿quién ha oído hablar del camuflaje auditivo de las crías de
lechuza terrestre, o del químico de las orquídeas y abejas? Seguramente muchos
menos.
En este caso es el pez arlequín el que adopta el olor de su entorno
(coral) para pasar despercibido, aunque también pueden hacerlo algunas orugas.
En ocasiones, llega a adoptar un olor tan fuerte a coral que los pequeños peces
que hay en el arrecife se sienten más atraídos por él que por el verdadero
coral.
Esther Ruiz Llamas