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lunes, 5 de octubre de 2015

Exposición biblioteca: Paula Modersohn-Becker y los artistas de Worpswede.




El pasado 17 de septiembre tuvo lugar, en la Sala de exposiciones de la Biblioteca Pública de Zamora, la inauguración de la exposición de los dibujos, monografías e impresos de la artista Paula Modersohn-Becker y los artistas de Worpswede (Bremen). Estos pintores e intelectuales alemanes, comandados por Otto Modersohn, F. Mackensen y Hans am Hende, se trasladaron en el año 1889 a esta localidad del norte de Alemania en busca de una ruptura con el academicismo vigente y un paraje natural donde desarrollar sus creaciones al aire libre.
Con estos preceptos, en la primera sala advertimos una serie de fotografías de estos artistas que ilustran su modo y estilo de vida en Worpswede a finales del siglo XIX. Esta no era otra que una inspiración en el modelo que la Escuela de Barbizon hubiera iniciado en la pintura francesa. En definitiva, modelos artísticos inspirados en una naturaleza romántica.
Esta concepción de la pintura, que obligaba a liberarse del taller de interiores y explorar los parajes naturales, tuvo en estos pintores una aplicación directa. Así se nos muestra en la segunda sala de la exposición, donde los dibujos de F. Mackensen, H. Vogeler, F. Overbeck y Hans am Ende dan buena muestra de los modelos pictóricos de la colonia artística.
1898 sería un año clave para estos pintores, pues fue el año en que Paula Modersohn-Becker llegó al pueblo de Worpswede y se unió a su colonia de artistas. Junto a ellos desarrolló gran parte de su obra y evolucionó artísticamente, pues aunque que en un principio siguió la línea del naturalismo romántico, rápidamente se desligó del resto de pintores iniciando un camino independiente hacia el arte contemporáneo; su arte, tendente a simplificar formas y colores, no encontró aprobación en Worpswede. Esto, sumado a sus visitas a París (a partir de 1900), donde recibió influencias de los post-impresionistas y los incipientes fauvistas, dio forma y carácter propio a sus creaciones. Las últimas salas de la exposición, dedicadas a ella y a su marido Otto Modersohn, definen, sin embargo, el arte de la Worpswede, que gracias a la obra de Paula desembocaría en la corriente expresionista que inundó la pintura alemana a inicios del siglo XX en busca de una primacía de los sentimientos frente a la descripción objetiva de la realidad.
Finalmente, en una estancia más apartada e intimista, nos encontramos con una serie de monografías de estos artistas que, junto a Paula, encarnación del punto culminante de su producción, conforman un capitulo muy importante en la transición del arte alemán de la modernidad hacia la expresividad contemporánea.


Blanca García y Jorge Sevillano