Se inaugura el segundo puente marítimo
de mayor calibre vertical del mundo.

Proyecto
diseñado por el ingeniero Javier Manterola, que ha llegado a precisar hasta 650 operarios
al día para que merezca la pena haber esperado por tan impresionante puente,
durante 5 años sobre la primera fecha de inauguración.
Con 5
kilómetros de largo y una anchura
de 36,8 metros puede
recibir dos carriles para el tráfico viario y una plataforma para un tranvía
que la Junta de Andalucía pretende construir; una altura de 185 metros,
alcanzando los 69 metros desde el tablero al mar, lo convierte en el segundo puente marítimo de mayor gálibo
vertical del mundo, después del de Nueva York.
Además,
goza de ser la obra más compleja y costosa que ha dirigido el Ministerio de
Fomento: se han empleado más de 100.000 metros cúbicos de hormigón y
70.000 toneladas de acero
«Es el
límite de lo que sabemos hacer», declaraba hace unos meses Fernando
Pedrazo, director de la obra ejecutada por la empresa Dragados.
Dificultades
como la instalación del tramo desmontable ha disparado el precio del puente
desde los 270 millones de euros adjudicada en un principio, cuando iba a
llamarse el puente de «La Pepa», hasta los 511 en que finaliza el que se llama
oficialmente «Constitución 1812»; aunque los gaditanos lo seguirán llamando «el
segundo puente». Este tramo desmontable fue petición de los astilleros de Navantia para
evitar obstáculos si construían estructuras superiores a los 69 metros de
altura.
Es una
infraestructura que aliviará al primero, el José León de Carranza, inaugurado en 1969; este
soporta a diario la entrada de unos 40.000 vehículos a Cádiz que, además, posee un
tercer acceso por carretera desde San Fernando.
La sociedad
gaditana espera recordar la apertura de
este nuevo puente que está llamado a ser un estimulo para las comunicaciones en
la bahía de Cádiz y un
motor para su economía.
Carla
Peños.