Entre los animales existe la ley del más fuerte: el más grande y feroz,
siempre saldrá victorioso frente a otro más pequeño e inofensivo. Esto se ve
como un comportamiento propio de seres salvajes, como si a nosotros no nos
tocara de cerca, sin caer en la cuenta de que nosotros también somos animales,
diferenciamos del resto por ser más inteligentes, con capacidad de pensar y
razonar.
Pero, seamos sinceros, ¿qué
utilidad tienen esas capacidades si no podemos mantener un dialogo sobre un
tema,con una persona que piense de una manera diferente sobre este? Y aquí, es
donde interviene “la ley del más fuerte” aquella que veíamos tan lejana para
nuestras prodigiosas mentes: quien más alegorías haga de su pensamiento, quien más
lo adorna y lo eleva es quien acaba ganando, por no nombrar si tiene más apoyo
social, entonces, en ese caso, no existe ningún tipo de debate, tan solo una
pérdida de tiempo.
Actualmente se le hace más caso
a quien más levanta la voz, aunque no esté diciendo nada concreto y
,posiblemente, sean palabras sin fundamente alguno y cuyas bases sean muy pobres.
Al final lo que empieza siendo una manifestación de ideas contrarias,
que con buenos argumentos se podrían defender y, en el mejor de los casos,
convencer a la otra persona de esa idea, termina por convertirse en una especie
de “pelea de gallos”, cuyo único y absurdo objetivo es para ganar,ver quién
grita más y quién parece ser más fuerte; o posiblemente la persona que esté utilizando
argumentos se canse de escuchar palabras que no llevan a ningún lugar.
En la mayoría de los casos los
argumentos de la persona sensata, acaban cubiertos por los decibelios de la
persona imprudente e irrespetuosa. Por esta razón la ley del más fuerte no esta
tan lejos denosotros, y me aventuraría a decir que a veces se aplicad de una
manera mucha más injusta: por la ambición de unos pocos mueren miles de
personas inocentes. Por eso, habría que dejar de crees que alguien es superior
a alguien, bajemos el tono de voz y argumentemos,
hablemos como seres racionales.
Inés Ramos.