El premio Nobel de la Paz 2014 ha sido concedido a Malala Yousafzai, la joven paquistaní atacada por los talibanes debido a su defensa de la escolarización de las mujeres, y a Kailash Satyarthi, un activista indio cuya lucha contra la opresión de niños y jovénes y su reivindicación del derecho de los mismos a la educación.
''Los niños deben ir a la escuela y no ser explotados financieramente'' anuncia el Comité Nobel. No es un hecho muy usual el que un hindú y una musulmana se unan en la lucha común por la educación y contra el extremismo.
Se ha reconocido el importante trabajo de Kailash Satyarthi, que hace 28 años dejó su trabajo como ingeniero informático para denunciar a las multinacionales que en su país explotan a niños de entre 5 y 12 años de edad, labor que ha desempeñado arduamente con todo tipo de manifestaciones y protestas, siempre de una forma pacífica, al estilo de Gandhi.
Malala se dio a conocer hace un par de años, cuando en 2012 recibió un disparo de los talibanes por su intensa defensa de la educación para las niñas. Ella escribía desde los 11 años un diario, publicado en la BBC bajo el pseudónimo de Gul Makai, donde relataba su día a día hasta que cerraron las escuelas femeninas.
Desde mi parecer, no sé si sabemos apreciar lo suficiente la oportunidad que tenemos al poder ir a un colegio; tampoco sé si yo en el lugar y circunstancias de Malala habría puesto en peligro mi propia vida para acercar a mi entorno la educación; por ello creo que suponen un gran esfuerzo y demuestran una gran valentía los actos que ha llevado a cabo y el galardón es muy bien merecido.
Claudia Barba